Muchos hemos escuchado hablar de ella y no sabemos de que se trata exactamente. La osteoporosis es la enfermedad metabólica de los huesos más frecuente, sobre todo, en mujeres mayores de 65 años. Reduce la cantidad de minerales en los huesos y se caracteriza por la pérdida de masa ósea. Produce un efecto en la absorción del calcio volviéndose el hueso más débil y más frágil a fracturas o microfracturas.

Es una enfermedad silenciosa porque no se manifiestan síntomas y el trastorno puede hacerse presente sólo después de romperse un hueso.

A través de nuestra vida hay dos períodos, el de formación de hueso que tiene lugar hasta los 30 años aproximadamente, que es cuando tenemos nuestro máximo capital óseo. Luego aparece una fase de meseta de duración variable (de 30 a 40 años) y seguidamente el período de pérdida ósea (a partir de los 40 años), una fase rápida y otra más lenta, hasta llegar a un punto de riesgo de fractura ósea.

Existen factores de riesgo que no pueden ser modificados, llevando a la pérdida de hueso, aunque también hay factores que pueden modificarse y reducen el riesgo.

  • La edad: el riesgo de osteoporosis aumenta con la edad. La osteoporosis puede desarrollarse a cualquier edad, pero es mucho más común: en la menopausia, por el desequilibrio hormonal que provoca una pérdida más rápida de masa ósea y, en la gente mayor por el propio proceso natural del envejecimiento.
  • Déficit de calcio y vitamina D: Para prevenir la pérdida ósea hay que alimentar los huesos y seguir una dieta rica en calcio y vitamina D, sobre todo durante el embarazo y lactancia. El déficit puede venir de una mala alimentación, fármacos, pérdida de apetito o problemas de absorción de alimentos derivados de la edad. Se pueden tomar comprimidos de calcio y suplementos farmacológicos de vitamina D para complementar la dieta en caso necesario. Además, para conseguir el aporte necesario de vitamina D conviene tomar baños de luz natural, sobre todo, en primavera-otoño-invierno.
  • Tabaco y alcohol: Evita el consumo de tabaco y el exceso de alcohol para prevenir la osteoporosis.
  • Vida sedentaria: Se ha demostrado que los jóvenes que practican ejercicio físico consiguen un pico de masa ósea más elevado y las personas que lo practican habitualmente mejorar la coordinación muscular y reducen el riesgo de caídas. Practicar ejercicio físico de forma regular, mínimo 30 minutos tres veces por semana (andar a paso ligero, correr, bailar, deportes de raqueta, usar aparatos de gimnasio, entre otros) es una buena rutina.
  • Fármacos: Como corticoides y antiepilépticos. Evítalos o utilízalos en las dosis adecuadas.
  • Enfermedades que disminuyen la masa ósea:  Enfermedades de la glándula tiroides y paratiroides, del tubo digestivo, trasplante de órganos, síndrome de Cushing primario, enfermedades del hígado, enfermedades articulares inflamatorias crónicas, anorexia nerviosa.
  • Otros factores:  Fractura de fémur en la madre, antecedentes de fractura a edad superior a los 40 años, peso corporal inferior a 50 kg.

Te recomendamos que, para cualquier duda que te surja, no dudes en consultar a tu médico de cabecera o profesional especialista.

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